Crónicas duales.
A lo lejos corren las nubes de polvo que levantan nuestros muertos, el mundo se va y nos deja aquí, solos, asustados, tristes. El sol hinca sus rayos sobre tu espalda. Lloras. Sabes que la vida sigue, que el mundo prospera y las flores crecen. No importa tu presencia sobre el planeta. La humanidad es un accidente tan azaroso como tu concepción. Los días pasan. Sigues vivo. La sal cae sobre la mesa.